El maestro general nos invitó en la reflexión con la que empezaba el retiro a considerar a Jesucristo, modelo de toda consagración, y a renovar nuestra aspiración a la santidad, siendo en la Merced memoria viviente de la manera de existir y de actuar de Jesús.
Los religiosos nos dispersamos por caminos y veredas, compartimos en el claustro o en el corral de la Pacheca, buscamos a Dios en la soledad, en el sagrario, en el hermano.
A las 8:30 Vísperas y Completas, después la cena y las últimas conversaciones disfrutando un helado de sobrecena.
Y luego el reposo. Mañana es día importante ¿verdad?
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